En No digas que fue un sueño, de Terenci Moix encuentras una sugestiva frase: “para un joven servidor de los dioses, el comprobar que la
religión podía convertirse en una forma de comercio representaba un golpe no
menos duro por sabido”.
Este domingo, rompiendo la rutina habitual, pasaste por Pola
de Lena al medio día. Coincides con un antiguo y duradero sindicalista y comentáis
por encima el resultado electoral y el meneo que Podemos da a la situación política.
Ahora toca gobernar, arreglar farolas, asfaltar caminos, abonar nóminas,
asistir a reuniones, alcanzar acuerdos. Echa
la vista atrás y lamenta las empresas que tuvieron que cerrar por el
maximalismo de algunas pretensiones.
Pese a esa experiencia, es fácil comprender a los
simpatizantes de Podemos, como lo es sonreir con cinismo mientras piensas al
platu vendrás, arbeyu.
Estos días se anuncian asambleas de barrio para recoger
opiniones ciudadanas. Somos/Podemos traen un nuevo aire y hasta los escenarios
escogidos se apartan de los tradicionales de los partidos. Estás convencido de
que es imposible gobernar una ciudad a través de asambleas, pero nada se pierde
por asomarse a esos círculos y ver cómo funcionan.
La religión, la egipcia de Terenci Moix y cualquier otra,
necesita la torpe infraestructura material. La política también, pero no está
de más un faro que ilumine entre la niebla.
2 comentarios:
Entre la niebla que han creado los corruptos.
A qué partido/sindicato está afiliado Amancio Ortega. Y Patricia Botín?
La corrupción no es patrimonio de un partido. No hay dinero para mantener la sanidad pública, pero hay dinero para mantener a sindicatos. Y algunos sindicalistas lo derivan a su buchaca.
No tengo yate y no duermo en el H. Ritz: necesito de los servicios sociales, de la seguridad social, de bibliotecas públicas, de polideportivos públicos. Está muy bien el Centro Asturiano pero yo no soy socio. Cada uno se posiciona según le convenga.
La religión siempre ha sido la gran aliada del poder para someter al pueblo. Esto fue muy criticado en el gobierno del Generalísimo. Murió el dictador y seguimos con la misma política. Hay quien nos quiere hacer creer que la filantropía y la solidaridad es patrimonio exclusivo de una religión. Por su parte la religión habla de la paz y del amor y los políticos, como gobierno del Estado, fabrican y venden armas. El Estado también subvenciona la religión. Hay estados europeos muy desarrollados que no tienen subnenciones para la religión y ni siquiera tienen ejercito y no temen ser invadidos por potencias extranjeras. Aquí hay dinero para carros y aviones de combate, muchos generales y mucha corrupción interna, muchas iglesias y curas corruptos, pero no hay dinero para paliar las necesidades de los ciudadanos que necesitan de los servicios sociales. ¿Es de extrañar que quieran venir otros y subvertir estos valores establecidos? El que es privilegiado del sistema no quiere que nada cambie, salvo para sacar más beneficio, políticos, curia eclesiástica, militares.
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