2015/05/23

DOS FORMAS DE DISFRUTAR

Este sábado te reúnes en Posada de Valdeón con un grupo de amigos y compañeros de hornada (¿cocidos, quemados?) militar/ferroviaria. Si no tienes algo totalmente incompatible por fechas, no faltas a la cita. Te va bien Posada, como te iría bien cualquier otro punto, y en cuanto al menú igual te dan las truchas que el lechón de Castilla. Vas a mantel y plan puesto. Perfecto.

Un primo que tuvo amores en otro tiempo en Posada aseguraba que Don Pelayo era de allí y que allí fue donde lapidaron a los moros. Verás sobre el terreno las posibilidades.

El sábado siguiente celebráis en Cenera el encuentro anual con los antiguos seminaristas. Por tradicional costumbre te encargas de reclutar al personal, despreocupándote de le elección del restaurante y otras intendencias. Es otra forma de disfrutar, no exenta de los nervios finales hasta comprobar el porcentaje de acierto sobre las previsiones iniciales, pendiente de si va el que se queja de precios anteriores, o el que tenía pensado rozar en las hacienda paterna o el emprendedor pendiente siempre de nuevos negocios o el que no sabe cómo se podrá desplazar o el que tienes que llamar unos días antes (para acabar no viniendo o como que no vio la llamada) o el que apuntó que la crisis…

El día del encuentro alguien se te quedará mirando ¿Cómo no vino Fulano? Quizá en ese momento bajes la cabeza y te sientas un poco culpable de no haber insistido lo suficiente.


En cualquier caso, son dos formas diferentes de disfrutar con y sin preocupaciones. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Luchi, eres muy joven todavía para estar coleccionando recuerdos. Tu experiencia acumulada te rebosa. Los años de seminario, los años de mili en Valladolid, los años en las estaciones... toda la gente que conoces... y al final la felicidad es una cosa muy personal, muy íntima y puedes comparar cómo le va a uno y a otro, pero ¿podemos cambiar nuestro destino?