Al buen ladrón del evangelio sus buenas obras no le evitaron la crucifixión, ni su fama logró más tarde inventar una única palabra para la idea del buen ladrón. Tampoco la hay para el buen chivato, salvo que hables de un informador, que suena más neutro
porque tanto se puede informar de lo bueno como de lo malo. Si colocas el puntero sobre la palabra chivato, el Word sugiere los siguientes sinónimos:
soplón, delator, confidente, acusón, denunciante, acusador, cuentista, fuelle.
Sin embargo, tienes que pensar que habrá chivatos buenos.
Como el adolescente que mató al profesor de Barcelona es
inimputable por ser menor de edad penal, no se celebrará juicio, poco
trascenderán las indagaciones y no pondrán los compañeros las cartas boca
arriba, ni saldrán públicamente a la luz temores y sospechas. Como a esa edad
ya se tiene conciencia (porque ya se piensa en la propia muerte) algunos compañeros
de curso o de patio cargarán de por vida con la responsabilidad de no haber
sido chivatos, de no haber dicho a un profesor de confianza o a un tutor que algo
tramaba el chico matador.
Si algún joven se hubiera ido de la lengua, la
responsabilidad estaría ahora en otro tejado, en el campo del profesor
confidente porque el dedo apunta al que sabe.
1 comentario:
Joder contigo, tío, cómo te lías! No se si en el derecho es todo tan retorcido. De la misma manera se podría especular sobre el piloto asesino y sobre el buen ladrón banquero, que por sus indicios podrían haber sospechado en qué iba a acabar. La memoria histórica no se olvida cuando no interesa. Cuando interesa olvidar, sufrimos amnesia. Tenemos una mala conciencia social: las cacas de perro en la calle, la vecina que sacude el mantel por la ventana, el coche en doble fila...
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