FAROLES

A estas horas está por ver y por saberse qué posición ocupa Neymar Jr., el futbolista brasileño del Barça, entre los mejores pagados del mundo. Dependerá de lo que pueda probarse en el proceso judicial abierto por fraude fiscal, en el que él no es parte acusada, sino, a lo más, testigo y no del todo imprescindible pese a ser el beneficiario número uno salvo que se demuestre lo contrario.

No sabes a qué juega Neymar en este partido o a qué le interesa jugar, y no lo sabes por la famosa cláusula de confidencialidad aplicada a su fichaje por el Barcelona. Por una parte le gustaría ser el número uno, el mejor pagado, con permiso de Messi. Su ego quedaría satisfecho. Si lo es y no lo puede decir (por la confidencialidad y por el fraude fiscal a ocultar) quizá no le merezca la pena del todo porque a su nivel (y al de muchos) lo importante no es el ser sino el parecer, es decir, que quizá quedara (casi) del todo satisfecho si se sabe el número uno del mundo en ingresos.

Hace unos días coincidías con unos conocidos muy versados (parece) en vinos de gran reserva procedentes de veteranas cestas de Navidad. A ti ahí te toca callar, en primer lugar porque nos das un duro por ninguna botella que cueste más de cinco euros. Pero lo curioso es que según en qué ambientes, interesa decir que se está o no versado en vinos. Cuando alguien dice que toma un reserva con gaseosa no sabes si va de farol o de sinceramente ingenuo. Por lo mismo tampoco tienes claro a qué juega Neymar.