Desde hace unos meses está de actualidad el caso de la Asociación pro Ayuda de los Deficientes Psíquicos de Asturias, ADEPAS, que reincidió en tramitar mal una solicitud, corriendo el riesgo de (abreviando muchísimo) no poder seguir gestionando un centro de Noreña parece que modélico y que cuenta con los parabienes de todas las partes interesadas. Pese a eso, los dardos recayeron íntegramente en los políticos socialistas tanto del Principado como del Ayuntamiento, que si conceden prevarican y si no, desintegran la gestión actual del centro con grave daño para el colectivo de personas con una discapacidad psíquica.
Con mucha menor trascendencia, los hosteleros de Candás también se despistaron con los trámites administrativos y ahora ponen el grito en el cielo si en la aplicación de la ley
tienen que cerrar sus establecimientos como si de cualquiuer día normal se tratara. Algo sacarán de la protesta. También es verdad que los poderes públicos están para resolver los problemas de los ciudadanos, pero no sabe uno si en este caso tienen que intervenir a favor de una de las partes.
Sea, arréglense, cámbiense las fechas, estírense los carnavales hasta que llegue el permiso, enmascárese el calendario. No es de ahora. Sacas esa conclusión leyendo la biografía de César a cargo de Suetonio:
Dedicándose después a la reorganización del Estado, César reformó el calendario, en el que por culpa de los pontífices, que abusaban de los días intercalables, desde hacía tiempo se había llegado a un desorden tal que las fiestas de la recolección ya no caían en verano ni las de la vendimia en otoño.
¿Qué actitud adoptar ante cualquier hecho cuando parece que todo está dèja vu?
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