2024/10/05

LECTURA DE LA PRENSA. DEL 20 AL 25 DE SEPTIEMBRE

 LECTURA DE LA PRENSA. CASETAS VS. CHIRINGUITOS

Todos los días sin excepción la prensa ovetense recoge comentarios de columnistas que aluden, a veces de pasada, y sin mojarse excesivamente, a la comparación y controversia entre los dispares y clásicos chiringuitos de las fiestas ovetenses levantados en el casco viejo y las bastante homogéneas casetas implantadas por el gobierno popular de Canteli en el Campo San Francisco. El debate promete seguir años y años.
Hoy se dio uno una vuelta al anochecer por todos esos escenarios y sacó la conclusión de que hay clientela para todo. Era misión casi imposible encontrar una mesa libre tanto en los chiringuitos como en las casetas. Si acaso a uno le pareció que en los espacios libres entre chiringuito y chiringuito o en plena calle, notó una saturación superior en el casco viejo. Aquí hay que matizar que, así como en el Campo San Francisco, las casetas las gestionan íntegramente los hosteleros, en el casco viejo también diversos hosteleros se encargan de unos cuantos chiringos, siendo muy escasos los colectivos que comandan los puestos 'populares'. Por lo que uno observó, dentro del casco viejo no observó más saturación en ninguno de los subtipos.
Por un método macarrónico y casero (el Sigpac) midió uno la superficie dedicada a unos y otros. Las cifras son bastantes parejas. Algún estudio municipal habrá que afine los datos.
Conclusión: las espadas siguen en alto y en la variedad está el gusto, aunque el gusto, entendido al modo conservador, se decante por una de las modalidades.

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LECTURA DE LA PRENSA. CIERRA EL LEONÉS.
Uno estaba informado del inminente cierre del Leonés, por los motivos que publica la prensa, por lo que unos días antes pasó a despedirse y a tomar la última cena y las últimas sidras.
Hoy pasó frente al establecimiento por si habían dejado alguna nota. Nada. Se fueron con la misma discreción que ejercieron toda su vida.
Pasó uno bastantes horas en el Leonés, al mediodía tomando una sidra (unos días ahí, otros en El Valle, otros en el Esteban). El Esteban también cerró por jubilación. El Valle, desde la pandemia, decidió dar un giro importante al negocio. Ahora cierra el Leonés. Menos mal que uno pasó también a las clases pasivas, pero en caso contrario tendría que actualizar sus rutinas. Eso por la mañana, pero otras muchas tardes también pasaba uno por allí en especial los días por semana que se jugaba Liga de Campeones, aunque no siempre estaba atento al partido, si se encontraba con quien dar palique. ¡Tantas veces el fútbol era una disculpa!
Tenía fama el Leonés de que allí se arreglaban algunos asuntos ferroviarios. Es cierto, porque a veces se tiene el vicio de hablar del fuera de juego en el horario de oficina, y de la programación de horarios delante de la barra del bar. Tampoco es ningún delito. Sea por la conciliación de la vida laboral y familiar.
Algunos días uno se daba un homenaje a la hora del café (espaciando, para no rebasar los indicadores médicos) y en ese caso tomaba un clarete y un pincho de chosco, abundante y buenísimo, originario de Cangas, la tierra natal de ellos.
Desde la propia jubilación uno iba menos, pero procuraba que no pasaran dos semanas entre ficha y ficha.
El Leonés era un bar interclasista: allí coincidían el médico neumólogo y el conductor de autobuses, la brigada de escayolistas de alguna obra cercana y el abogado penalista, el directivo de Hunosa y el minero picador (en extinción).
Además de la discreción y el buen trato que dispensaban a todo el mundo, uno cree que el negocio salió adelante porque lo atendían varios miembros de la familia. Si estaban apurados, reforzaban la presencia. En períodos más flojos algunos miembros podían tomar un descanso. De esta forma, economizaban costes al no tener que pagar salarios a gente que podía estar cruzada de brazos por falta de ocupación efectiva. Es la ventaja del negocio familiar.
Dicen que se hará cargo del negocio (o del local) una sidrería estilosa instalada en el casco antiguo. Ojalá tenga suerte, pero no será lo mismo. Esperaba uno que algún miembro más joven, pero sobradamente experimentado, continuara con el negocio. No lo decidieron así, y uno lo siente como cliente y les desea lo mejor.

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LECTURA DE LA PRENSA. LEER Y DUDAR
¿Se lee hoy más que antes o menos?
En un largo reportaje en La Nueva España sobre la ortografía en la enseñanza secundaria, se anota la opinión de varios profesores. Por ejemplo, Ricardo Saavedra, profesor de Lengua y Literatura en Tapia declara esto: “Si se pretende poner el foco sobre el alumnado actual y confrontarlo con el de hace dos o tres décadas, mi percepción, basada en mi experiencia como profesor es que, en términos generales, se escribe mejor ahora. La explicación es sencilla: ahora se lee más que nunca”.
En la misma fecha entrevistan al Decano del Colegio de Abogados de Oviedo Antonio González-Busto, que además de abogado, es profesor de Derecho Civil en la Universidad. Le preguntan esto: ¿Tan mal llegan los chavales como se dice ahora?, a lo que responde: “Yo los encuentro con algunas dificultades de expresión, tanto oral como escrita, pero eso es porque ahora no se lee y el que no lee termina por limitarse”.
O se lee más o se lee menos. Si queremos que todos tengan razón, cabe pensar que en Tapia leen más, salvo los que siguen la carrera de Derecho, que leen menos. Así es la prensa y la vida, un bombardeo de noticias de las que uno hace bien en desconfiar.
El caso es que iba a enlazar uno la noticia de la ortografía de la lengua española con otra que se refiere a exámenes para acreditar el conocimiento de la lengua asturiana, pero esto daría para mucho más. Está uno formando su opinión sobre la lengua asturiana y la necesidad o no de su oficialidad. Uno tiene multitud de dudas y muy pocas certezas en este ámbito. No reproduce uno el largo artículo sobre la ortografía en la enseñanza secundaria, pero saca uno la idea de que la ortografía está lejos de sacralizarse, como en otras épocas tiene ocurrido. La propia Real Academia Española, en sus publicaciones, se aleja de pronunciamientos apodícticos (¡qué palabra rescató uno para la ocasión!) y se aproxima más a mensajes del tipo: “No es recomendable en el español general la construcción con concordancia…”, “cuando los nombres están en singular, se recomienda que el verbo también vaya en singular, aunque no es incorrecto que vaya en plural…”. Si eso dice la RAE, que en otro tiempo fijaba, limpiaba y daba esplendor, ¿qué puede establecer la Academia de la Llingua, mucho más flexible con las diferentes variantes reconocidas o con la dicotomía entre el lenguaje hablado y el escrito? Parece que hoy ni una ni otra academia han de pararse en fijar (despotismo ilustrado a erradicar), muchos menos en limpiar (sería mandar al gueto lingüístico a hablantes que no lo merecen) y nada del aristocrático esplendor.
No, no cuestiona uno la lengua asturiana por sus variantes, ni se le ocurre decir que sea lengua inventada, ni que se pretenda un chiringuito para que cuatro o cuatrocientos encuentren empleo o acomodo, ni porque se hable más o se hable menos (cuestión puramente sociológica), ni si se habla un asturiano fetén o predomina el amestáu, ni si lleva o no a posturas nacionalistas o a una indeseada politización, ni si es una lengua viva o una lengua muerta, ni si se trata de una lengua inferior solamente útil para el chigre y los cancios de chigre, ni si ha de llamarse asturiano o bable, ni si determinados usos audiovisuales convierten en más amable la lengua asturiana o la alejan del perplejo oyente neutro, ni sobre el coste de la oficialidad, ni sobre su artificiosidad cuando lo utilizan algunos usuarios, ni si sus promotores pretenden un acercamiento al mundo celta,… No todo lo anterior lo tiene uno superado. Uno ve otros reparos estructurales.



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