"NADA ES AÚN DEFINITIVO", de Ángel González

El verso de Ángel González no era que colgaste en la entrada precedente. Era este otro. Una entrevista en un periódico te despejó la duda.

Es difícil leer poesía. Se necesita tiempo, por más que los poemas sean breves, y una concentración superior a la que exige una novela. En algún periódico de hoy lees que Virginia Wolf reivindicaba una habitación para poder dedicarse a la escritura, tarea difícil en sus tiempos para una mujer.

Hay gente que se adapta a cualquier circunstancias pero tú también necesitas una habitación y silencio. Lo último hay que fabricarlo y no siempre es posible, salvo que uno madrugue antes de salir el sol.

El futuro (Ángel González)

Pero el futuro es diferente
al porvenir que se adivina lejos,
terreno mágico, dilatada esfera
que el largo brazo del deseo roza,
bola brillante que los ojos sueñan,
compartida estancia
de la esperanza y de la decepción, oscura
patria
de la ilusión y el llanto
que los astros predicen
y el corazón espera
y siempre, siempre, siempre está distante.

Pero el futuro es otra cosa, pienso:
tiempo de verbo en marcha, acción, combate,
movimiento buscado hacia la vida,
quilla de barco que golpea el agua
y se esfuerza en abrir entre las olas
la brecha exacta que el timón ordena.

En esa línea estoy, en esa honda
trayectoria de lucha y agonía,
contenido en el túnel o trinchera
que con mis manos abro, cierro, o dejo,
obedeciendo al corazón, que manda,
empuja, determina, exige, busca. 
¡Futuro mío...!Corazón lejano
que lo dictaste ayer:
no te avergüences.
Hoy es el resultado de tu sangre,
dolor que reconozco, luz que admito,
sufrimiento que asumo,
amor que intento.

Pero nada es aún definitivo.
Mañana he decidido ir adelante,
y avanzaré,
mañana me dispongo a estar contento,
mañana te amaré, mañana
y tarde,
mañana no será lo que Dios quiera.
Mañana gris, o luminosa, o fría,
que unas manos modelan en el viento,
que unos puños dibujan en el aire.