Son preocupantes los días anteriores a la noche de Reyes. Te
preguntas cual sería la mejor forma de prepararse para acertar con las letras
precisas. Seguramente tendrías que estar atento, al menos desde tres meses antes, para
intuir implícitos deseos de los potenciales destinatarios de los regalos, seguir
sus miradas en los escaparates deteniéndote en el punto de mira, fotografiar
mentalmente los velados o revelados deseos, tirar del hilo de la conversación.
Nada de eso se te da, en cuanto tu compañía se fija en un
escaparate, no digamos si dice ‘voy a dar ver lo que hay dentro’, tú bien podías
seguir los pasos y tomar espiritual nota, pero te olvidas de la conveniencia objetiva y
prefieres merodear por el exterior, saludar al conocido que pasa, fijarte en
las luces que parpadean, en las parejas que charlan o mismamente en las
musarañas.
Así llegas a la frontera del año con la mente en blanco, sin
ocurrencia alguna. Te consuelas pensando que lo tuyo es una limitación genética
imposible de reeducar, pero ¿será verdad?
4 comentarios:
No, no es eso. Eres una persona que cuando le interesa, sabe los cotilleos e intimidades de cualquiera y a veces, incluso sin interés. A veces es difícil acertar en los deseos más íntimos de nuestros más allegados. Si hay un nivel de satisfacción colmada, no se sabe si 'eso' que suponemos será lo más adecuado. Pero es una atención. Igual contigo sí aciertan en satisfacer esa necesidad, o esa ilusión
Acertaste con regalos que hiciste? con las atenciones que has tenido? con las que tienes? Han acertado contigo con los obsequios que te ha entregado? ¿Y con las sensaciones que te han proporcionado? Quizá el fin de los presentes, más que satisfacer necesidades, es provocar sensaciones, emociones. Quizá el objeto de la literatura no sea otro que producir efectos placenteros con la lectura, como el disfrute emocional de un recital, o la satisfacción filantrópica de relacionarnos con los otros (el don juan perseguidor de orgasmos no busca m´s que la emoción, la subida de adrenalina -una black-card,centurión o no, da para muchos orgasmos y para muchas otras emociones-). Pasadas estas fechas, con cuento de navidad, con regalo de reyes y con los mejores propósitos, seguimos siendo los mismos en la misma vida cotidiana.
ahí te ha dao
Y aún así aciertas muchas veces...
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