¡Qué bien podías haber pasado este martes, fiesta local, en el campo San Francisco comiendo el bollu si hubiera hecho bueno; y si no anduvierais en casa escapados del chorizo; y si no tuvieras que pelearte intentando que el VHS y el grabador de DVD’s se entendieran, que cuando uno hablara, el otro no respondiera cuando le daba la gana NO IMPUT SIGNAL, y si hubieras acertado en comprar los discos +R y no –R, que luego le echas la culpa a los aparatos y a veces la tienen las manos! ¡Si por lo menos hubieras podido leer media hora a Kafka…!
¡Ah!, pero quiso tu señora que dierais un paseo por el parque, y que a la vuelta, os tomarais una sidra y que la tapa, gracia de la casa, fuera un trocín de bollu, y con esa minucia ya te das por satisfecho, aunque no sea la bolla con chorizo en forma de ocho, que te hace tu madre.
Si hubieras pasado el día en el campo San Francisco, no habrías podido re-

Por la noche, consigues hablar con un antiguo compañero del Seminario, ilocalizado desde hace casi cuarenta años, que resulta ser guardia civil de tráfico en León, que conoce a un Albalá del cuerpo, y que a ver si te va a poner en contacto con un pariente para el árbol genealógico! Al final, un Martes de Campo aprovechado, eso sí, siempre con historias del ayer…o de antesdeayer.
Y el sábado, a Covadonga, a recordar historias de colegios de curas.
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