La viajera traduce su mosqueo en tres folios porque le pareció entender que el empleado del ferrocarril llamaba burra a su perra.
- La burra delante para que no se espante.
El animalito, un bulldog de nada, inofensivo del todo, andaba por los andenes sin bozal y la dueña, lo mismo, pero héteme aquí que como el animal y la dueña tuvieran prisa por subir y no dejaran bajar a los viajeros que llegaban, el empleado, con buen criterio, concretó, no lo que debía ser sino lo que era y veía.
Los animales dan mucho juego y son fuente inagotable de anécdotas y malentendidos desde que los estudiantes, parodiando las célebres Catilinarias de Cicerón, pronuncian con voz tonante:
- Mater tua mala burra est.
Otros dicen directamente
- Catilina mala burra est
Que nada tiene que ver con burras ni con malas porque se traduce como “Tu madre come manzanas podridas” o “Catilina come manzanas podridas”. Viene bien para la broma que est en latín unas veces ejerce de es y otras de come.
Los burros y los perros, sembrando la confusión desde los tiempos de Catilina.
Esto de la atención al cliente, algunos días resulta hasta entretenido.
Si se nos va la jerga procesal, se nos rompe el humor
Hace 23 horas
3 comentarios:
Quid quid latine dictum sit, altum videtur.Post eventum vani sunt questus.Carpe diem
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;)
Y dicen que el latín no sirve para nada y mira lo como os ha dejado a vosotros dos!
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