2 de febrero.
Empieza hoy uno colateralmente futbolero. Lee en El
País que este Barça no tiene rival. "El equipo azulgrana retuerce al Real
Madrid y mantiene el pleno de triunfos ligueros". Barcelona, 4; Real
Madrid, 1. Autores de los goles blaugranas Putellas, Hermoso y Oshoala (2). Por
el Real Madrid, marcó Olga, de penalty. Olga. Ah, entonces hablamos de la liga
de fútbol femenino, que existe. Aprovecha uno para repasar qué se dice de este
partido en la prensa. El País del lunes dedicó ocho páginas al deporte. Este
partido mereció media página. La Vanguardia, lo mismo, media página de ocho
deportivas. El Periódico, ocho páginas de deporte, y un cuarto de página para
este derbi. Para El Mundo, de ocho páginas de deporte, merece ocho líneas. La
Razón tiene siete páginas deportivas, ABC ocho. Ni rastro de este partido en
estos dos últimos periódicos. El As (Grupo Prisa), de cuarenta páginas le
concede dos tercios de página. En El Marca un tercio de página, de cuarenta y
ocho impresas. El Mundo Deportivo, de cuarenta páginas, media. La Nueva España,
ninguna de diecisiete. Se pregunta uno si detrás de la información o falta de
información del fútbol femenino se encuentra el principio de género (o de sexo,
que no quiere uno meterse en un berenjenal con las izquierdas) de dar
visibilidad (cae uno en estos modernismos, ¡perdón!) al eterno femenino. Que
tratándose de jugar al fútbol, no sería tan eterno. ¿O sí?. A la vista de lo
anterior parece que la prensa que mira un poco a la izquierda informa del
fútbol femenino, la de la derecha pasa. Desconoce uno absolutamente datos
sociológicos de seguimiento de los deportes por el público femenino. En ese
sentido, no sabe uno si los espectadores de estos partidos, sean en directo o
televisados, son mayoritariamente masculinos o hay un coeficiente corrector. ¿A
una número uno del tenis como fue Arantxa Sánchez Vicario la seguían más
españolas o españoles? El tenis es de los pocos deportes en los que una número
uno puede arrastrar a un número considerable de seguidores. En los Juegos
Olímpicos uno ve una aproximación de liderazgos porque los atletas,
nadadores/as incluidos, compiten en el mismo escenario y las televisiones
dedican una atención equiparable a uno u otro. Uno opina por impresiones. Se
atiene a lo que digan las audiencias.
También de fútbol va el descomunal contrato de Messi,
descubierto por El Mundo, capaz de poner en riesgo la economía del Barcelona.
¿Lo vale? Uno, si puede, ve en la televisión un partido de Messi por si hace
una virguería, y no le interesa el Granada-Huesca por mucho que corran y se
desfonden. El Barcelona y Messi anuncian demandas contra El Mundo por vulnerar
el secreto. Ojalá las desestimen. Uno entiende la molestia, pero los socios del
Barça tienen derecho a conocer los detalles de las cuentas del club, eso sin
contar con los llamados grupos de interés, que tanta relevancia se les da para
asuntos colaterales.
Este domingo un Lenense necesitado de puntos ganó en
el campo del Llanera, gallito de la categoría. Uno se alegra. Al repasar las
alineaciones se fija uno en los apellidos por si estuvieran asociados a
determinadas zonas del concejo. Hay un Torres, que los hubo en Columbiello; un
Díaz, que siguen en Güelles; un Otero, de la zona de Castiello, pero los hubo
en Fresneo; un Santullano, que no es apellido del concejo; del Río, más bien de
León; Arias, que alguno hay entre Campomanes y La Pola, pero son más de Cangas
de Narcea o, cruzando la cordillera, del Bierzo. Del equipo llanerense, Ruiz
los hay en Lugo, pero uno conoce más en Cantabria. García, tan extendido que no
es de aquí ni de allá; Arango, asignado a Pravia. Martín, de entre Ávila y
Segovia; Berredo, desconocido para uno. ¿Quién sabe si uno acertó o no? Hoy es
cada vez más difícil asociar un apellido a una comarca.
El PSOE avilesino aparta a su ex líder Álvaro Álvarez
por un posible caso de comisiones. Él mismo pidió la baja de militancia para no
perjudicar al partido. De momento, lo típico, su partido, que hay que esperar,
y el resto a degüello pidiendo dimisiones a cargos que nada tienen que ver con
su posible hecho. En este y en otros escándalos políticos, está uno a lo que
diga la justicia aun a sabiendas de que lo que diga la justicia no tiene que
coincidir con la verdad por aquello de la presunción de inocencia, es decir,
pudieron ocurrir hechos que no se pueden demostrar. En ese sentido, la verdad
más aproximada la podría establecer una comisión de investigación que no fuera
seguida de proceso judicial, pero eso es imposible. Conclusión: no se puede
conocer toda la verdad.
En la páginas de sucesos un titular alarmante, pero
cierto siendo estrictos: "Hallan muerto en su domicilio, donde estaba
confinado, a un enfermo de covid". Un titular similar se publicó en el
Facebook de LNE y de El Comercio. Concretamente la notica de El Comercio generó
más de trescientos cincuenta comentarios. Muy pocos repararon en el texto de la
noticia. El hombre murió solo en casa, pero quien lo encontró fue su mujer, que
había salido, y recibió una llamada de su marido diciendo que se encontraba
mal. La pobre mujer no pudo abrir la puerta, acudieron los bomberos y
encontraron al hombre muerto. Se puede imaginar el tono de los comentarios: la
soledad, mandar un hombre así para casa... Realmente permitir comentarios a
noticias solo abiertas a suscriptores (cada vez más, lógico, de algo tienen que
vivir los medios) obliga a ser muy cuidadosos con el titular elegido, pero el
lector podía reservarse la opinión, ser más prudente y no disparar al bulto.
Bueno, uno peca también de eso ¿Estos comentarios qué son sino un tiro al
bulto?
***
3 de febrero
Lo que más le llama a uno la atención de El País de hoy es un dibujo, el que ilustra un artículo de opinión del escritor Horario Castellanos Moya. Es la la primera vez que uno lee u oye el nombre de este escritor. Si escribiera en otro medio a lo mejor pasaba el artículo por encima. En ocasiones sucede que uno sigue a un columnista de un periódico, pero si el autor ficha por otra editora lo deja de seguir después de algún intento. Lo normal es que lo acabe abandonando, entre otros motivos porque no siempre se pueden leer más de un periódico. Ocurre en la prensa nacional, pero también en la regional, y en radios y televisiones. El caso de los periodistas deportivos es un ejemplo emblemático de arrastre. El artículo lleva por título "Miedo y lenguaje de guerra". Como subtítulo, y también resumen: "El tratamiento bélico del virus no ha frenado su expansión. El ser humano se acostumbra a convivir con la amenaza cuando esta se hace rutina. Y en EEUU la ideología está por encima del sentido común". Esto último se traduce en que los seguidores de Trump andaban sin mascarilla y los demócratas (se) protegían con ella. Uno iba a hablar del dibujo. Le gustaría saber cómo es el proceso de creación del dibujo, si la dibujante Eulogia Merle leyó el artículo y trasladó libremente la idea al papel, si Héctor Castellano se la sugirió y ella la materializó, si directamente Héctor le dijo que quería que pintara tal o tal cosa. Finalmente, si el escritor tuvo oportunidad de opinar antes de encontrarse con su artículo ya ilustrado. El dibujo tiene mérito: uno no sabe si la autora se limitó a describir lo que le parecía que escribió el autor o si plasmó una libre interpretación, también si hay un temor razonable o un miedo excesivo. El virus (masculinizado) acecha en una esquina, pero la posible víctima (feminizada) no parece echarse hacia atrás. La imagen de ella le recuerda a uno las víctimas picassianas del Guernica pese a la tenue expresividad de ambas facciones. La esquina separa los dos mundos, pero el virus comienza a invadir el espacio de la víctima. ¿O levanta las manos (la segunda absolutamente superpuesta) en señal de rendición?¿O simplemente amenaza con poner una inocente banderilla por no ser el virus para tanto?
Francisco García cuenta una anécdota de un carismático
alcalde de Yernes y Tameza. "Hubo un alcalde añorado en Asturias,
Valeriano Lorenzo, titular de la sede municipal de Yernes y Tameza desde 1979 a
1995, a quien cuando comenzaba la digitalización de los ayuntamientos desde el
Principado le ofrecieron un ordenador. Y Valeriano, viejo comunista, genio y
figura, respondió: “¿Para qué quiero un ordenador si lo tengo todo ordenado?”.
El rechazo y el temor a la informática y a lo nuevo no es de ahora. Se contaba
en la oficina cuando alguien mostraba dificultades con algún programa,
"Hombre, si hasta X trabajaba con el ordenador". X era un antiguo
operario del mantenimiento de la vía, llanerense, buen paisano, que por alguna
enfermedad tuvo que acoplarse de ordenanza. Una de sus misiones era recoger los
disquettes que enviaban las estaciones con los datos contables de cada una,
meterlos en la disquetera del ordenador y pulsar intro. Nadie podría decir que
X no trabajaba con los ordenadores, pues si X trabajaba, ¿quién podría alegar
dificultades?
El Ayuntamiento de Oviedo deja de exigir determinados
permisos para realizar alguna obra de mantenimiento. Uno nunca encontró más
justificación que la puramente recaudatoria para actuaciones como pinturas
interiores, alicatados y carpintería interior, acabado de suelos, reparación y
sustitución de puntos de luz o sustitución de sanitarios. Uno cree que en la
práctica nadie pagaba la licencia por ese tipo de obras y no se exigía, salvo
malquereres vecinales que propiciaran denuncias. Sería interesante leer la
exposición de motivos de las normas ahora derogadas. A lo mejor se expresaban
ahí las razones. Uno aventura únicamente dos motivos: una forma de pagar la
generación de basura que se produce, pero en ese caso, se podría dejar la
basura en el exterior del portal; otra para compensar al resto de la ciudadanía
por los ruidos y otras molestias; claro que en este caso las molestias las
sufren los vecinos y los beneficiarios económicos son el resto de ciudadanos
del municipio.
Es sorprendente que los dueños del edificio donde hay
soportales tengan que hacerse cargo de las posibles lesiones que los ciudadanos
puedan sufrir al pasar bajo tales soportales, que se consideran espacios privados
de uso público. Los ciudadanos tienen la ventaja por ejemplo de protegerse ahí
cuando llueve. Los residentes en el edificio no gozan de ninguna ventaja por el
paso de las personas debajo de sus casas, si acaso los comerciantes ahí
establecidos que tienen ocasión de aumentar sus ventas. Uno cree que eso debe
ser espacio público y su mantenimiento estar a cargo de los ayuntamientos,
estableciendo la regulación y la compensación oportuna al otorgar la licencia
de construcción. No puede quedar la seguridad de los ciudadanos al albur de la
desidia de las comunidades de propietarios, aunque su seguro se haga cargo de
los siniestros.
***
4 de febrero
El País titula de forma clara uno de sus editoriales: "Parar la
xenofobia". No lo dice el editorial pero uno entiende que El País apela a
la parte racional del ser humano, esa parte que aconseja análisis, moderación,
templanza, porque si uno se deja guiar por su mitad emocional (o la proporción
que las emociones ocupen en el ser humano) tiende a la xenofobia al analizar la
nacionalidad y la raza de los autores de delitos violentos (olvidando los de
cuello blanco), los perceptores de ayudas públicas en dinero o en especie o los
absorbentes de recursos públicos. Uno cree que en esta materia el programa de
los partidos conservadores o ultraconservadores responde fielmente al
pensamiento de sus bases y sus votantes, pero los partidos socialdemócratas y a
su izquierda defienden un programa racional no coincidente con las querencias
emocionales de sus propios votantes. Uno cree que va por ahí la aportación del
editorial de El País. Unas veces los líderes de los partidos asumen las
peticiones de sus votantes, otras lideran los cambios (mentales) o lo intentan.
También El País publica un artículo colectivo "Cooperación
multilateral para la recuperación" que suscriben Emmanuel Macron, Angela
Merkel, Macky Sall (presidente de Senegal), António Guterres (Naciones Unidas),
Charles Michel (Consejo de Europa) y Ursula von der Leyen (Comisión Europea).
Se dice en él, por ejemplo, que casi la mitad de la población y más de la mitad
de las niñas y las mujeres no tienen acceso a internet. Con otras palabras
habla también de la brecha digital, que impide que internet llegue a las
personas más desfavorecidas. Son proclamas que a uno le pillan con el pie
cambiado porque los firmantes son de un amplio espectro ideológico, pero esas
afirmaciones uno las asignaría a una corriente política muy determinada. Tiene
uno la sensación de que en algunos aspectos hay un acuerdo mayor del que nos
llega a través de los medios de comunicación, que entresacan lo más chocante,
lo más noticiable.
Esa misma sensación recibe uno de la crónica de un Pleno del Ayuntamiento
ovetense, donde llegaron a acuerdos, pero se destacan sobre todo los
desacuerdos, las pullas, las expresiones próximas a herir. Se pregunta uno si
es correcto esa forma de resumir un pleno pensando en las conclusiones que los
ciudadanos puedan sacar de esas crónicas. Pero también podían los
representantes políticos hacer más hincapié en sus acuerdos y mostrar
simplemente educación al expresar los desacuerdos.
El Ayuntamiento de Oviedo parece interesado en ocupar el palacio de la
plaza del Sol, que pertenece a la Administración Central, y tantea llegar a
algún acuerdo, que parece que no pasa por una compra, sino por una cesión. No
le gustan a uno las cesiones en los alquileres. Entre administraciones no es
más que un foco de problemas permanentes: en las negociaciones iniciales,
cuando surja alguna anomalía grave, si hace falta acometer reformas, a la hora
de renovar los convenios por finalizar la vigencia. Uno es partidario de que
lleguen a un acuerdo en la compra porque así se tiran los trastos solamente una
vez.
Uno de los candidatos a rector 'se inspiró' en otros programas electorales.
Para el otro candidato, el actual rector, es un plagio que descalifica a su
oponente. Uno cree que no es lo mismo copiar un trabajo o una tesis doctoral
que un programa electoral. ¿Por qué no puede uno copiar las buenas ideas de
otro, sea de La Laguna o de la Patagonia?.
El arquitecto Arturo Gutiérrez de Terán colabora últimamente en LNE con
interesantes artículos sobre urbanismo, materia en la que desempeñó cargos
políticos. En este caso plantea una pregunta retórica, que lleva implícita la
respuesta. "¿Cuántos asturianos conocen que durante los próximos decenios
la mayor parte de los recursos en materia urbanística y de edificación han de
emplearse en proyectos de regeneraciones/revitalizaciones urbanas y en mejorar
las condiciones térmicas de los edificios reduciendo los costes de las facturas
eléctricas, calefacción y otros?". Hoy, en la caminata diaria por las
afueras de la ciudad, veía uno un edificio que avanza en los linderos de la
ciudad arañando terreno al campo. Al oír el ruido de la perforación para los
cimientos pensaba uno eso mismo. Las viviendas nuevas tienen su atractivo.
Cualquiera las prefiere, pero uno cree que los poderes públicos deberían hacer
un esfuerzo para evitar el crecimiento in extenso de las ciudades, para
potenciar las rehabilitaciones y las mejores de los edificios existentes. Para
fomentar el aprovechamiento de las viviendas vacías a uno no se lo ocurre otra
vía que la impositiva.
En relación con el asunto de Bárcenas no tiene uno
pensado perder el tiempo estos días con dimes y diretes absolutamente
previsibles según de quien vengan. Gana uno tiempo para leer otras cosas, pero
corre el riesgo de que, de todas formas, no hay manera de rechazar la lectura,
la audición o la visión de los titulares más impactantes.
Titular preocupante (preocupación pequeña) es uno de
la edición digital de LNE: "Detenidos tres jóvenes por robar y agredir a
un menor en la estación de Feve de Mieres. Los arrestados, dos de ellos menores
de edad, propinaron a la víctima patadas y puñetazos, dejándola en el suelo con
heridas en la cabeza". Como uno está suscrito a LNE pudo no solo ampliar
sino rectificar la información: la agresión fue en las inmediaciones. No es lo
mismo. No entró uno en la opinión que la noticia habrá merecido en las redes
sociales pero, como solo habrán podido leer el titular, seguro que cargan
contra la absoluta falta de seguridad de las estaciones, la escasa iluminación,
la falta de vigilancia,...Sufre uno como si estuviera en activo y tuviera que
explicar o replicar o implicar o suplicar o aplicar, para acabar plicándose
(plegándose) y reconociendo que hipotéticamente, a lo mejor, en algún supuesto,
en determinadas circunstancias, hay algo de razón.
Está uno atento a ver en que queda la propuesta
toponímica de Llanera, que se lee en El Tapín. Cuando uno se adentró en Lugo de
Llanera-pueblo, después de conocer Lugo de Llanera-estación, le sorprendió que
Lugo de Llanera fuera una especie de invento, una agrupación de barrios. La
revista Perxuraos lo tiene explicado muy bien. A la zona donde se ubica la
estación, desde algunos barrios periféricos se la llama precisamente 'la
estación'. Para otros sería el barrio de 'Pondal'. Está uno atento por si un
buen día, cuando llega con el coche, se encuentra con el letrero de 'Pondal'
donde lleva plantado plantado desde hace años el de Lugo de Llanera. O incluso
puede reclamarse a las autoridades ferroviarias competentes el cambio de nombre
de la estación. Pondal ye un nombre guapu. En una ocasión fue uno testigo de
discusiones de chigre sobre si debía ser El Pondal o La Pondal, debate amistoso
que tuvo lugar precisamente en la sidrería Pondal. Para no herir sensibilidades
se sugiera L@ Pondal.
http://llanera.eltapin.com/.../nuria-nino-la-toponimia-no...
De El País se queda uno con el artículo de Javier
Sampedro sobre los aerosoles. Uno confió desde un principio en las indicaciones
de la OMS que se negaban a admitir su importancia como vía de transmisión del
virus. Es hoy el día en que sigue sin admitirlo. Si la vía de transmisión fuera
esa, serían insuficientes las mascarillas en los interiores ya que los ojos
quedan desprotegidos y habría que dotarse de gafas de buceo. Queda uno
descolocado porque por lo que leyó hasta el momento, quienes defendían la
peligrosidad de los aerosoles eran físicos que hicieron pruebas espirométricas
en laboratorios y aportaron presentaciones vistosas y espectaculares pero no
médicamente contrastadas. Uno espera todavía la opinión médica que confirme que
esos fenómenos de laboratorio son trasvasables a la respiración humana.
La Vanguardia presta su espacio a los defensores y a
los detractores de la nueva ley trans. Los defensores ya se sabe que consideran
que es un triunfo de la libertad individual. Lee uno un argumento sugerente de
los detractores y es que detrás de los apoyos de la ley trans se encuentra el
lobby de las grandes empresas farmacéuticas. Es posible, si la aprobación de la
ley significa gastos descomunales en hormonas y farmacopea varia. El País
analiza la trascendencia deportiva de la ley trans. Sería curioso que la restrictiva
normativa deportiva acabara 'modulando' la ley trans.
El País entrevista a Enrique Roca, Presidente Consejo
Escolar del Estado. El titular es el siguiente: "En los países de éxito
los alumnos no repiten cursos, sino aprendizajes". Profundiza uno y lee lo
esto. Que el éxito no es el título de la ESO sino el dominio de las
competencias establecidas. Que no se trata de reducir el contenido sino de
hacerlo más eficiente, que se centre en los aprendizajes imprescindibles y en
las competencias básicas. Y que no tiene que esforzarse el alumno sino el
sistema. El qué suena bien, pero le falta a uno saber el cómo.
Rafa Latorre comenta en El Mundo el control
parlamentario del Gobierno en el Congreso, en especial después de que el
Presidente valorara el sentido de Estado de Vox para desairar al PP. Dice
Latorre que "la sesión de control es una ceremonia inútil en la que el
presidentes se limita a entregar credenciales patrióticas y a sexar a los
diferentes grupos de la oposición en función de su predisposición a acceder al
chantaje". Si uno cepilla el texto y quita los excesos literarios, quien
hace la depuración de lo que se habla son los medios, que extractan los
segundos de gloria y miseria de quienes suben a la tribuna o despotrican desde
el propio escaño. Pero también es verdad que el político dice muy
(co)medidamente lo que sabe que va a funcionar como titular. En realidad hablan
mayormente para enardecer a los suyos, pero repatean a los contrarios y hastían
a los pusilánimes.
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