Esa es una de las pancartas que lucieron unos manifestantes descontentos con no sabes bien qué. Te detienes a pensar en el mensaje y
sientes reconocer que tienen razón porque ceden/cedieron/cediste indebidamente muchos de
los que tienen/tuviste la obligación de soportar los gritos y las en otro tiempo
llamadas peticiones ‘viciosas’. Tú no siempre resististe. A veces te dejaste convencer
por el que más gritaba o el que más molestaba. En el pecado llevas la penitencia. Otras veces te armaste de
paciencia y de valor y aguantaste el embate pero hace falta templanza y, a
veces, tiempo. Sí, tiempo, porque se emplean minutos y hasta
horas en argumentar, en resistir, incluso en mantener silencio para no entrar
al trapo y dar argumentos al vociferante y a los suyos.
Esa pancarta es una llamada doble y enfrentada: al gritón para que persista en la vía del ruido; al receptor de sus voces para que se arme de paciencia y de argumentos, para que diga que no si está
convencido de que la razón está de su parte. Y para que no se arrepienta,
pasado el tiempo, de haber dicho que no, porque alguien tiene que hacerlo por el
bien de la comunidad.
Pido disculpes de antemano porque, probablemente, lo que voy a decir no tenga más fundamentu que los prejuicios de los que me fui dotando en les interpretaciones(y como tal, sin mucho sustento) que yo fui haciendo de tus comentarios y post en general.
ResponderEliminarUn cordial saludo, Luis.
¿No estarás confundiendo "ser persona pacífica" con el intentu de permanecer siempre en el centro...de ser neutral...imparcial...ecuánime..y, en tal medida, sin ser consciente de tus pretensiones, acabar siendo pelín pretenciosu?....
Sin ánimo de molestar, Luis. Estoy yo buena pa hacer valoraciones de nadie. Ye solo por eso de aclaranos en el lenguaje. Sé que a ti también te importa.
Otru saludu
Victoria