Y con esa enigmática respuesta Don Silverio Cerra dejaba al alumno con las mismas dudas ante cualquier pregunta que se formulara en su clase de Antropología.
Don Silverio era un profesor nada profesoral. Su asignatura no era imprescindible para iniciar ninguna carrera, salvo que lo fuera para todas, pero fue una eficaz preparación para la Universidad: había que buscarse la vida. Por de pronto estábamos desconcertados entre el libro y los apuntes. Al principio de curso aconsejó un libro, el Beals/Hoijer pero tampoco pasaba nada si no mirabas para él, era un tocho de difícil digestión, además de ser el primer libro “de texto” que manejabas de autores extranjeros, que siempre te resultaron tan lejanos a tu lenguaje.
Insistía en la interdependencia entre hombre y medio ambiente y durante meses creímos que había que presentar un trabajo que demostrara esa imbricación sobre un entorno concreto y determinado. Al final no fue imprescindible. Mejor, porque a nuestros años no sabíamos por donde empezar.
Míticas fueron las excursiones para profundizar en el conocimiento del medio, como la realizada al castro de Coaña. ¿Hubo más? El viaje a Coaña quedó fijada en vuestro imaginario colectivo. Además de prestar atención a las explicaciones de Don Silverio, con el rabillo del ojo estábamos (más) pendientes de las chicas del inter COU, que nos alegraban las tardes…si miraban para uno.
http://www.lne.es/sucesos/2014/05/19/encuentran-muerto-monsacro-sacerdote-mierense/1586947.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario