2014/03/05

QUINCE MILLONES

Cuando se habla de cantidades así se dinero, todavía sientes la necesidad de añadir de euros. Ya es una exageración que ese collar o esa lágrima o como concretamente se llame la joya cueste quince millones de pesetas, pero es que quince millones de euros se te escapan no solo de las manos, sino de las cuentas mentales.

Estando acostumbrado a manejar los precios de billetes de tren, piensas en un euro y pico, en cuatro euros si haces algún kilómetro más, en treinta o cosa así si se trata de un abono de viajes; o dos cuarenta una sidra, uno y poco un café, diez euros un menú del día, treinta euros ya es un convite. En ese pequeño mundo te mueves, y tan contento.

Cuando lees que la actriz Charlize Theron lució tal cosa en la ceremonia de los Oscars y que estaba valorada, no la actriz sino la joya, en quince millones de euros, tienes que transformarlo en pisos para hacerte una idea. Divides 15.000.000/250.000 euros de un piso que ya está bien y salen 60, o sea que la joya de Charlize cuesta tanto como un portal bastante céntrico de sesenta pisos.

¿Qué tiene una joya para que cueste quince millones? ¿Cómo se llega a ese valor? ¿Es la traducción monetaria de las horas de trabajo necesarias para la extracción de los materiales y para su confección? ¿Qué valor de uso le darías? Cero ¿Valor de cambio?

No te va la vista a la joyería, está claro.

1 comentario:

  1. Eso desde el punto de vista del vendedor. La referencia de fijación de precios desde el punto de vista del comprador es la utilidad. Y la de este collar para Charlize (o quien se lo haya prestado) debe ser altísima.

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