2024/10/08

Libro NO HAY PAÍS, de XUAN CÁNDANO

 “No hay país”, del periodista Xuan Cándano, es un libro imprescindible para conocer la historia de Asturias desde la Transición. Reproducir el índice le ahorra a uno resumir de qué trata el libro. Un sugerente videorreportaje aparecido en el vanguardista programa Pieces (TPA) es capaz de atraer al lector indeciso. https://fb.watch/v3SB5BbfLs/ 

El libro no solo incluye una ingente cantidad de datos y de actividades de personas, sino que las interpreta. Cada quisque puede quedarse con los datos y elaborar otras interpretaciones, pero la presentación de los datos condiciona y orienta hacia unas conclusiones determinadas. El título del libro es relevante: No hay país. Uno quiere entender: Asturias, o los asturianos no tienen conciencia de país. Además, el peso de Asturias es mínimo en la política nacional, caso único en el norte de España, donde el peso de los partidos regionalistas o nacionalistas hace que se les tenga en cuenta, aunque sea para arañar algunas partidas en los presupuestos anuales si los votos son necesarios para su aprobación, que suelen serlo.

La foto de la portada, en la que destaca en una posición central Rodrigo Cuevas, es todo un manifiesto: esta es la Asturias emergente que nos salvará del adocenamiento y de la insignificancia.

Por sus muchos años en el mundo de la calidad, uno tiene el vicio de contar. (Decía Alfonso Hatre, el gurú asturiano en la materia, que la calidad era contar, contar y contar). Pues bien, el índice onomástico le ayuda a uno en una labor numérico-valorativa, a saber, la relación de personajes citados en más páginas. ¿Son los más relevantes? ¿Son aquellos con cuyo testimonio pudo contar para elaborar el libro? ¿Son los de más filias? ¿Los de más fobias? De todo habrá. En al prólogo el autor agradece y relaciona a quienes le aportaron información, y omite a quienes no se la aportaron. Ahí van los citados en más páginas, con alguna observación, por si arroja alguna luz. En general a los políticos nacionales no los entrevistó. Es posible que ni lo haya intentado. Otros multicitados habían fallecido en el momento de publicar el libro.

Ahí van los más mencionados.

José Ángel Fernández Villa: 65 páginas. (No entrevistado)

Rafael Fernández: 55 páginas.

Juan Luis Rodríguez Vigil: 43 páginas.

Pedro de Silva: 40 páginas.

Felipe González: 36 páginas.

Francisco Álvarez-Cascos: 31 páginas. (No entrevistado).

Gabino de Lorenzo: 28 páginas. (No entrevistado)

Graciano García: 28 páginas.

Tini Areces: 27 páginas.

Bernardo Fernández: 22 páginas.

Xuan Xosé Sánchez Vicente: 19 páginas.

Jesús Sanjurjo: 19 páginas.

Francisco Franco: 17 páginas.

Luis Martínez Noval: 17 páginas.

Alfonso Guerra: 16 páginas.

Sergio Marqués: 16 páginas.

José María Aznar: 15 páginas.

Javier Fernández: 15 páginas. (No entrevistado. Jacobino confeso, enemigo acérrimo de la lengua asturiana son términos que le dedica en el libro. No es de extrañar que no haya entrevista).

Antón Saavedra: 15 páginas.

Piti Casal: 13 páginas.

Amelia Valcárcel: 13 páginas. (No entrevistada, aunque sí su marido Lluis Xabel Álvarez ¿?)

Víctor Zapico: 13 páginas.

Juan Carlos I: 12 páginas.

Isidro Fernández Rozada: 12 páginas.

Emilio Marcos Vallaure: 12 páginas.

Antonio Trevín: 12 páginas.

Xosé Lluis García Arias: 11 páginas.

Juan Cueto: 10 páginas.

Belarmino Tomás: 10 páginas.

(Hace uno la observación de que Antonio Hevia, el líder histórico de la minería de CC.OO. aparece citado solamente en dos páginas. En consecuencia, tampoco está entre los entrevistados. Y Cuevas, que aparece en la portada es citado en una única página).

Parece claro qué línea representan los que declinaron la invitación. O qué talante.

Uno se fijó en especial en unos detalles de poca monta, por ejemplo, las páginas en las que se cita a Lena.

-          De pasada se menciona al “temido cabo Blanco” (y tanto) para hablar de su hijo, Toño el Rojo, que le salió rana al padre, y fue un relevante abogado perteneciente al Movimiento Comunista y cofundador del Topu Fartón.

-          O que en unos años en los que no abundaban los controles de alcoholemia y drogas, las rutas incluían discotecas de pequeñas localidades, como Mandrágoras en Piedras Blancas y FM en La Pola L.lena.

-          Mención especial merecen las palabras que dedica a las circunstancias de la muerte del lenense Juan Muñiz Zapìco. “…Cuando murió Juanín en enero de 1977 por su impericia al volante al poco de sacar el carné de conducir, cuando iba a su pueblo a por casadielles para regalar a Eduardo Saborido…”. Juan Muñiz Zapico fue un líder admirable y carismático, pero las circunstancias de su muerte no fueron esas. Lamentablemente la persona que iba con él en el momento del accidente también murió muchos años después en otro accidente de tráfico en La Frecha, pero seguramente hay quien conserva sus recuerdos y las circunstancias de aquel desgraciado accidente. Por cierto, uno, con veinte años, estuvo en el inmenso desfile de duelo, que trascurrió a lo largo del nuevo trazado de la carretera del Pajares, pendiente de inaugurar en aquellas fechas.

Además de este último aspecto, uno se fijó en otro capítulo, el que dedica a La Nueva España y a alguna fase de su privatización para emanciparse de la vieja prensa del Movimiento. Medios de Comunicación del Estado se llamaron transitoriamente. “A Vaquero le ofrecieron formar parte formalmente de la empresa, que presidía el notario Ángel Aznárez, pero declinó…”. Uno tiene relación con Ángel Aznárez y le preguntó por este extremo. Asegura que jamás tuvo nada que ver con tal operación ni ostentó tal cargo.

¿Por dos detalles que uno cuestione puede descalificar un libro tan interesante? De ninguna manera, pero le obliga a uno a ponerse en guardia.

Cándano, y otros, realizaron un periodismo de investigación ejemplar en Atlántica XXI, una revista nacida en el año 2009, pero de corta vida. En sus números denunció la corrupción de José Ángel Fernández Villa, pero nadie hizo caso a revista tan minoritaria, ni los grandes medios de comunicación se hicieron eco de sus denuncias. Cándano tenía razón y tiene motivos para ese desencanto.

Muchas de cal y unas pocas de arena.

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