LECTURA DE LA PRENSA. DE LA CABEZA A LOS PIES O DE CABO A RABO, YA QUE SE HABLARÁ DE ANIMALES.
Se fijó uno en un montón de noticias, algunas del último día y algunas de días anteriores. A veces lee uno algún periódico de cabo a rabo, pero no entendido literalmente, sino deteniéndose en la portada y en la última página, con alguna incursión en las vísceras.
Por aquello de comenzar por la cabeza, empezamos con las Ferias de Pola (de Lena), a las que los medios de comunicación dedicaron algún espacio. Por ejemplo, la TPA realizó un pequeño reportaje sobre la feria de ganado. El reportero entrevistó a un ganadero al que preguntó en qué se fijaba cuando veía una res para valorar su calidad. Respondió que, por su experiencia, en la cabeza. Algún día se entretendrá uno en un montaje sobre el peinado o las bufandas o los fulares o los zapatos de los políticos, o de la gente. ¿Podrá ser de Podemos el político cuyos pies muestra uno en la foto? En este momento recuerda uno a su profesor de Antropología, Don Silverio Cerra, que contaba cómo a partir del hueso de un pie se podía determinar la capacidad craneal del esqueleto porque todo estaba relacionado. Con los humanos parecido, si se confirma que el hábito hace al monje.
Siguiendo con los animales se pasma uno con una noticia de El País, además rotulada con el epígrafe LA LEY, que parece otorgarle poso y rigor. Veamos: ”Usar mascotas en publicidad tiene sus límites. Las productoras deben pactar un acuerdo laboral en el que se incluyan condiciones que garanticen el bienestar de los animales”. ¿Cómo? ¿Animales sujetos a la legislación laboral? Hasta donde uno sabe, la legislación laboral liga a un trabajador (persona) con un empleador. Dice tal artículo (que firma Jorge Velasco) “…por otro lado, dado que el animal está llevando a cabo una actividad laboral, la ley obliga a que la marca firme un contrato de trabajo con el dueño o responsable de dicha mascota. Los acuerdos, explican desde Animales de Cine, una agencia que trabaja con mascotas en la industria audiovisual y de la publicidad, exigen una serie de requisitos para poder grabar con animales. Por ejemplo, se suele pedir que los rodajes siempre se hagan en espacios con un clima adecuado y que haya un veterinario en el set de rodaje para los cuidados del animal. De hecho, a los animales que ejercen de actores se les atribuyen los mismos derechos que a los intérpretes de carne y hueso”. No hay tal cosa. Léase, si hay paciencia, el artículo 62 de esta ley, que dice así: “Animales en las filmaciones y las artes escénicas. La inclusión de animales en espectáculos escénicos o filmaciones de cine o televisión u otros medios audiovisuales requerirá una declaración responsable ante la autoridad competente en la que se recojan los datos de identificación de los animales participantes, tiempos de filmación o representación, las condiciones físicas que garanticen el bienestar de los animales durante el transcurso de la filmación y los datos de las personas responsables de garantizar su bienestar”. https://www.boe.es/.../2023/03/29/pdfs/BOE-A-2023-7936.pdf
Ya que de animales hablamos, como la prensa recuerda que se celebra (¿o solamente se conmemora) el 90 aniversario de la Revolución de Octubre, un reportaje recuerda el frente de combate en Vega del Rey y cómo se llegó a mandar un burro lleno de dinamita que no explotó, resaltan los testigos que vivieron aquello. Lógicamente no vive ningún testigo con uso de razón que lo pueda contar, pero el periódico recuerda unos reportajes publicados hace cuarenta años. Por esas casualidades de la vida, estaba charlando uno el jueves en El Reúndu en Campomanes con un veterano hostelero jubilado y recordando esa peripecia que ese día publicaba la prensa. La casualidad quiso que en ese reportaje de hace cuarenta años se recogiera el testimonio de Eladio Corral, de setenta años entonces, que recordó los sucesos. Pues justamente sentado a tres metros de la barra se encontraba un hijo de Eladio, habitual del establecimiento.
(Ese día también publicaba la prensa un artículo del científico Juan Fueyo, primo del amable compañero de la barra del bar. Aprovechamos para hablar de todos los Fueyos conocidos y por conocer).
Como de animales y vísceras hablamos, en La Pola es habitual comer los callos el viernes y todo el fin de semana (el desarme en Oviedo no tardará en durar un mes, así que no importa que se desnaturalicen las tradiciones culinarias). Uno los comió en Pola en una casa particular llevados desde Oviedo. Quizá como castigo divino, algo tenían los callos, que originaron una ligera flojera ventral a los comensales (uno que no los probó se libró, así que la conclusión es evidente). Pues bien, hoy, tomando una sidra en Oviedo se encontró con el dueño del establecimiento donde se compraron los callos de la flojera, que estaba allí como cliente. Cuando ocurre una cosa así, ¿es mejor decirle lo ocurrido o mejor no volver a consumirlos, ya que las consecuencias fueron leves? Veremos. Hay tiempo.
Por cierto, que La Nueva España publica semanalmente una página de información/publicidad sobre la gastronomía en Las Cuencas. Una de dos, o porque no hay categoría suficiente (autoflagelación), o porque no hay esfuerzo comercial por parte y parte, la representación de la hostelería de la Cuenca del Caudal es mínima, y la lenense inexistente. ¡Ni en Ferias!
Seguimos con los callos, ahora los del Desarme. El alcalde Canteli, en acto celebrado en Madrid, ante una variada panoplia de comensales (¿o comedores?) animó a degustar el Desarme en Oviedo. Pasmado lee uno el nombre y cargo de alguno de los participantes: el embajador ruso, un vocal asturiano del Consejo General del Poder Judicial (¿?). No podía faltar el empresario Francisco Rodríguez, claro.
Más de animales. Hablan, por hablar, cree uno, o por hablar lo que el interlocutor quiere oír, los políticos populares asturianos Queipo y Venta, cuando afirman que en las ciudades no se entiende el daño emocional de los ganaderos ante los daños del lobo. No merece más comentario.
Al género ovino pertenecen estas declaraciones inaceptables de un líder de los hinchas futboleros. “Ni rechazamos la violencia ni la dejamos de rechazar. La violencia es un hecho que se produce en la vida, a veces hay actos violentos, pero no es algo que busquemos ni que nos preocupe”. En ese mismo reportaje (¿riguroso?) se comienza leyendo esto: “A principios de los años 90, Chiribí y Brigadas Azules se desplazaban en tren a Gijón para acompañar al Real Oviedo en sus partidos contra el eterno rival; el viaje, sin paradas, duraba unos quince minutos”. La envidiable velocidad del siglo pasado la achacaremos a la mitología ferroviaria que, por lo visto, tuvo su edad de oro.
De trenes habla el catedrático de Derecho Ramón Durán para apuntar, en El Comercio, que es llamativo que un servicio de alta velocidad discurra en Asturias con paradas, al menos insólitas y discutibles. ¿Podría un modesto expendedor de billetes de Pola de Lena atreverse a criticar que en el Departamento de Derecho Civil los exámenes se hacen tipo test, cuando deberían ser de desarrollo, o cuestionar cómo cayó en el examen una pregunta del último tema, que no dio tiempo a verse en clase?
Por cierto, estos días se puso en tela de juicio no el tráfico de viajeros sino la escasez de vagones de mercancías. Se haría esta entrada demasiado larga si uno contara su experiencia de varios años adscrito a la Dirección de Logística de Renfe para estudiar el transporte del material siderúrgico, los ciclos de rotación de los vagones, la conveniencia de trenes puros o maniobrados, el sistema de cobro de paralizaciones si se entregan vagones al cargue que no se cargan en plazo,… Puede tener relación con esa disfunción de la que se habla ahora, pero los vagones no protestan y si se les pone el micro delante permanecen mudos.
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LECTURA DE LA PRENSA. CHURRAS Y MERINAS
S. F. Lombardía entrevista en LNE a la Jefa del Servicio de Salvamento de Playas de Gijón, que lleva en el puesto desde 2002, según se indica ahí mismo. La entrevista, amplia, ocupa cuatro quintas partes de una página. Habló de la carabela portuguesa, de la convivencia entre perros y humanos, y de casi todo. No se refirió a ningún accidente en particular, porque este año no se registró ninguno irreparable. Al respecto se expresa en estos términos: “Es cierto que el accidente, por mucha prevención que hagas, por mucho que te esfuerces, a veces ocurre por una serie de circunstancias que no se pueden evitar.” No le preguntaron por una reciente sentencia condenatoria. Quizá S. F. Lombardía no quiso hacer sangre. O memoria. Hizo aguas. https://www.lne.es/.../indemnizan-94-808-euros-familia...
Como ayer dedicó uno un monográfico a los animales y algunas animaladas de los humanos, deja para hoy alguna cuestión publicada en la prensa los días anteriores. Cuestiones de más trascendencia, por cierto, en muchos casos.
Elma Sáiz, ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones (¿por cierto, cuánto apostamos a que en la próxima remodelación ministerial, este ministerio ya no se llama así?) lanzó hace unos días la idea de unas altas progresivas. Pese a la polémica suscitada, a uno le parece bien la idea, aunque reconoce la dificultad de regularla adecuadamente siendo tan diferentes los sectores productivos y considerando también la gran variedad de fuentes del derecho laboral. Por pura lógica, si un trabajador que ve menguada PARA SIEMPRE su capacidad laboral en el porcentaje y con las especificaciones que se determinen, tiene derecho a ser acoplado en otro puesto de trabajo compatible con su capacidad, no ve uno qué problema hay en que pueda ser acoplado TRANSITORIAMENTE en un puesto de trabajo compatible con su limitación. Otra cuestión es que ese puesto exista o que exista en una localidad próxima a su residencia habitual. De ahí la dificultad práctica, pero no la teórica.
El ayuntamiento de Oviedo invirtió una importante suma de dinero en aumentar la seguridad del auditorio, por ejemplo se instalaron cortinas aislantes para sectorizar el edificio en caso de incendio. La cuestión de la seguridad contra incendios le preocupa a uno desde que hará más de treinta años optó (sin éxito) a una plaza madrileña relacionada con la seguridad integral. De aquella se empapó bastante en las medidas antiincendios de industrias y edificios. Se insistía mucho en la necesidad de compartimentar y sectorizar edificios para que un incendio no se propague a otras partes del edificio. También se mentalizó uno de aquella en la necesidad de que las puertas ignífugas permanezcan cerradas y de que los muelles funcionen adecuadamente para asegurar el cierre. Cada vez que uno baja a su plaza de garaje y ve que el muelle funciona de aquella manera se acuerda de aquellas lecciones. Algo siempre se aprende, incluso de las aspiraciones fallidas.
Miguel Lorente, que fue delegado del Gobierno para la Violencia de Género años atrás, señala que “60 mujeres son asesinadas cada año y no hay una respuesta revolucionaria”. La frase es impactante, pero tiene razón. Esas declaraciones se realizaron en el marco de actos que recuerdan que hace veinte años se aprobó la primera ley que pretendía atajar la violencia de género. Queda bien decir que una sola muerte que se evite justificaría una ley, pero dejando las palabras grandilocuentes para otra ocasión, uno cree que el éxito es modesto. Es cierto que en los últimos diez años disminuyó ligeramente el número de asesinatos machistas en relación con los diez años precedentes, es decir, con los diez primeros tras la instauración de la ley. Sin embargo, aunque los datos estadísticos no son homogéneos, porque no se llevaba la contabilidad criminal con criterios de género, en un informe pionero del Defensor del Pueblo realizado en el año 1998, se incluyeron algunas cifras, y los datos anteriores no eran de escándalo, es decir, que la legislación no implicó un cambio de tendencia radical en las cifras negras, sí en la concienciación o en otros aspectos necesarios. https://www.defensordelpueblo.es/.../1998-01-La-violencia...
Por cierto, el catedrático de Derecho Penal Javier Teruelo destaca un dato relevante, pero lo matiza con sumo cuidado: “En España hay entre un 11 y un 13 % de ciudadanos extranjeros, y cometen más de un tercio de los feminicidios (…) es gente que viene de países que tienen un modelo social que teníamos nosotros hace cuarenta años. Frente al discurso xenófobo, lo que hace es conformar que el modelo de sociedades basadas en la desigualdad son las que fomentan la violencia de género”.
Se va Nadal. En general se resalta su impresionante historial. No obstante, El País le dedicó una página a sus últimas sombras: su relación con Arabia Saudí y algunas declaraciones alejadas del feminismo ortodoxo.
Otras sombras. Una madre que perdió a su hijo, muerto hace algún tiempo en extrañas circunstancias en una casa de citas, declara que quiere llegar hasta el final y que se haga justicia. Es natural. Ahora bien, uno le aconsejaría que si es posible no vaya al juicio ni lea la sentencia, porque en estos casos, en uso del legítimo ejercicio de defensa de los acusados o acusadas, estos/as o sus abogados suelen decir lo que la otra parte no querría nunca oír.
En relación con los accidentes de trabajo, dice el secretario general de UGT en Asturias que “no puede dar la sensación de que los trabajadores o la administración son los culpables, tiene que quedar claro que la responsabilidad de garantizar la prevención es suya y si un trabajador se niega, por ejemplo, a usar una línea de vida, que lo sancionen”. Por mucho que lo diga el secretario general, el sindicato se va a oponer por sistema a tal propuesta de sanción. Se aprobó un aumento de la plantilla de inspectores y subinspectores de Trabajo. Posiblemente alguno debería estar en el campo San Francisco de Oviedo, donde uno vio cómo dos operarios cargaban unos bancos en un camión sin los preceptivos cascos y con un calzado de andar por casa.
No tardará en iniciarse una reforma de la avenida de Galicia de Oviedo ensanchando aceras. Algo se ganó hace unos años con la ordenanza de terrazas que no permite que las mesas y las sillas permanezcan pegadas a los edificios impidiendo el tránsito de invidentes. En esa avenida, antes era un caos con unas terrazas pegadas a la pared, y otras pegadas a la calzada, con lo que el peatón tenía que atravesar la avenida haciendo un zigzag. Si invaden demasiado o no, o si en ese ámbito reina Otea, la patronal de la hostelería, no lo tiene uno del todo claro porque tampoco está por sistema contra la hostelería, pero sí observa una relajación en el cumplimiento de la ordenanza en lo de pegar a la pared mesas, sillas, taburetes o tablas de precios. Por cierto, en Oviedo se respeta bastante, pero en otras pequeñas localidades se pasa de todo. El miedo al electorado, quizá.
Dice María Pagès, premio Princesa de Asturias de las Artes, que el flamenco es el arte que más y mejor representa a España. Así es, mal que pese por el norte de la península.
Leonor, dicen las páginas rosas de la prensa seria, radiante en la Fiesta Nacional. Uno no ve la radiación ni la irradiación. Uno prefiere a Maribel Verdú y no se cansa de contemplarla. O a Aitana Sánchez-Gijón. Cosa de hoyuelos, quizá.
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LECTURA DE LA PRENSA. MEDIAS VERDADES Y PERDER EL TIEMPO POR INFORMARSE
El World in Progress Barcelona es un foro organizado por El País con profusión de ponencias y charlas en las que se dejan ver y fotografiar personas super-relevantes. Ante ese foro habló el escritor Javier Cercas. El País resume su intervención en este titular: “Las peores mentiras”, que para el autor son las medias verdades. Se extracta algún párrafo: “Pese a ser un problema, los bulos no son el principal problema: casi siempre se pueden desmontar con facilidad. El principal problema no son las mentiras puras: son las medias verdades, las mentiras mezcladas con verdades, las mentiras que albergan un granito de verdad y que tienen por lo tanto el sabor de la verdad. Y los periodistas, lo sepan o no lo sepan, se enfrentan a diario a ellas”. Añade uno que tiene la impresión de que muchas veces sucumben y esa derrota alcanza a los lectores. Prosigue Cercas: “En nuestro tiempo la mentira posee mayor poder de difusión que nunca; eso significa que el periodismo es más necesario que nunca, solo que ejercerlo es tal vez más difícil que nunca, entre otras razones porque ya no basta con contar la verdad: además hay que desmontar las mentiras, sobre todo esas mentiras entreveradas de verdades, que son las más ponzoñosas. El gran problema es ese: que la verdad es más cara, más compleja, más difícil de explicar y a menudo más impopular que la mentira”. Ardua tarea, sometida al ojo crítico general. Uno intenta poner una cierta dosis de comprensión por los condicionamientos de todo tipo.
Junto a intervenciones interesantes en tal foro, debieron producirse otras del todo huecas. ¿Cómo, si no, interpretar estas palabras de la vicepresidenta María Jesús Montero: “Los casos de corrupción no tienen cabida en una democracia”? No merecen una apostilla.
Otro brindis verbal al sol, más reducido, por su cargo y lugar de emisión (la modesta localidad de Villalegre), es el lanzado por el concejal ovetense Mario Arias: “El menú del Desarme tiene que ser patrimonio de la humanidad”. Tampoco merece una apostilla.
Por seguir con declaraciones pomposas, declara el arquitecto Ruiz Allen, director de un evento del ramo: “No hay territorios con tanto valor cultural ni capas de significación como Asturias”. Y se quedó tan pancho, y quien decidió el titular, más todavía.
La misma consideración le merecen a uno las declaraciones de los presidentes de la patronal asturiana cuando afirman que la redacción de jornada es una ocurrencia demagógica. A uno le parece que tildar de ocurrencias las ideas del contrario es de una vacuidad intelectual pasmosa. Por cierto, un niño ocurrente es un niño listo. Un mayor ocurrente, por lo que se ve, no.
¿Es una ocurrencia que UGT invite a Feijoo a su congreso y que le dé oportunidad de intervenir? No. A uno le parece una magnífica idea.
¿Decir que el exembajador de España en Venezuela entre 2004 y 2007, Raúl Morodo, reconoce un fraude fiscal es media verdad? No. Además, casi todos los medios recogen la noticia. El Mundo, siguiendo la estela de titulares de Diario16, la interpreta de esta forma: “Raúl Morodo, el comisionista del petróleo disfrazado de embajador”. No deja de ser clarificador, pese al histrionismo verbal. No obstante, lo que a uno más le llamó la atención es que ni uno solo de los varios periódicos (pariódicos, escribió uno por error al teclear, tiene guasa) que ojeó hoy recuerdan que Raúl Morodo fue un muy destacado líder político durante la transición, ya que fundó el Partido Socialista Popular junto a Tierno Galván, fue diputado en las Cortes Constituyentes y ocupó muy notables cargos. Incluso sufrió persecución política durante el franquismo. ¿No es relevante recordar ese hecho sin regodearse en él? ¿Son tan jóvenes los redactores que ni a uno solo le suena Raúl Morodo? No obstante, esta noticia, o no-noticia, no la encuadra uno entre las medidas verdades de Cercas, sino entre las omisiones por indebida contextualización.
El País dedica un espacio destacado a la noticia de que cuatro bibliotecas municipales de Sevilla cierran parcialmente por falta de personal. ¿Es falsa la noticia o media verdad? Uno no tiene por qué dudar de su veracidad. Se queda uno con el dato de que en Sevilla gobierna el Partido Popular. Pues bien, tuvo uno la curiosidad de teclear en Google las palabras “biblioteca falta de personal” y en el año 2024 se recogen las siguientes noticias: Cierra la biblioteca de Baztán por falta de personal. Busca uno y ahí gobierna EH Bildu. Falta personal en las bibliotecas de Granada. Gobierna el Partido Popular. Disminución de horarios en Portugalete, donde gobierna el PSOE. Lo mismo en Cádiz, donde gobierna el PP. En el ayuntamiento canario de Arona, lo mismo, donde gobiernan el PP y Coalición Canaria. Otro tanto en Valencia, donde gobiernan PP y Vox. ¿Conclusión? Es importante decidir qué es noticia y qué no. Qué acontecimiento se cubre y cuál no.
Aunque uno también sospechó del titular, tiene visos de buen trabajo de investigación la notica de El País del aumento de sentencias condenatorias por negligencias médicas en la atención de partos en las clínicas privadas.
Concedieron el premio Nobel de Economía a tres economistas. ¿Qué méritos acreditaron? Para el País, la Academia reconoce sus trabajos sobre cómo entender las diferencias en la prosperidad entre naciones. Para el Mundo se otorgó el Nobel a tres economistas “por su análisis de la desigualdad”. Esta aparente disparidad le animó a uno a indagar qué decían otros medios. Para La Vanguardia, “Nobel de Economía para la investigación sobre la prosperidad. Acemoglu, Johnson y Robinson, premiados por definir el papel de las instituciones”. Entretenido uno con las disparidades (seguramente no medias verdades), se animó a adentrarse en la prensa económica. Para Expansión “Nobel para A., R. y J. por sus estudios sobre Estados y prosperidad. La Academia reconoce los trabajos de los tres economistas, que evidencian que las sociedades con un Estado de Derecho deficiente y que explotan a la población no generan crecimiento ni cambios para mejor”. Para Cinco Días “la Academia Sueca reconoce sus trabajos sobre cómo entender las diferencia que se generan en la prosperidad entre países. Defienden que el proceso político es el que crea la estructura económica”. Para Cinco Días, “El Nobel de Economía va al estudio de la prosperidad y sus causas. Investigan la relación entre calidad institucional y crecimiento”. De todo ese conglomerado, acabó uno haciéndose una idea de por qué les dieron el premio, pero costó.
Seguimos con las medidas verdades, ¿o directamente con mentiras según como se interprete un titular? Señala El Comercio: “Una conductora, herida grave al colisionar contra un camión en Gijón” (por cierto, desgraciadamente, acabó muriendo). Según uno lo lee, daría la impresión de que el coche que ella conducía o chocó o dio por detrás contra un camión”. Sin embargo, en el interior de la noticia se indica que el turismo que conducía iba a una velocidad muy reducida, llegando incluso a pararse. No más brillante es el titular de La Nueva España: Herida grave una conductora tras colisionar con un camión en la autovía Oviedo-Gijón. Y en el texto se indica que la conductora sufrió una colisión por alcance con un camión. El hecho ocurrió poco después de las 13 horas. Tiempo hubo de redondear la noticia antes del cierre. Hechos (lamentables en este caso) que quedarán en el crecido limbo de esas noticas por las que a veces uno se pregunta: “¿Qué habrá sido de aquella noticia que salió diciendo que en Peñamellera…?"
Ochenta periodistas fueron invitados a suscribir un manifiesto en favor de la oficialidad, recoge la prensa del día. La del día siguiente reflejará ya la firma. Uno sigue formándose la opinión, poco a poco. Uno puede tener una idea o un prejuicio que resulta desmontado por el esfuerzo de investigar la realidad. Tarea ardua porque es doloroso desprenderse de las ideas preconcebidas. Lo escribió uno aquí hace unos días. Uno de los argumentos que esgrimen los contrarios a la oficialidad de la lengua asturiana es un cierto manierismo o búsqueda de términos rebuscados en quienes pretenden dicha oficialidad. A esto, los defensores alegan que no dejan de utilizar términos que están en el diccionario y que ni todos los hablantes de la lengua asturiana conocen ni utilizan los miles de palabras recogidos en el diccionario, ni tampoco lo hacen los usuarios de la lengua castellana. Con tal motivo, hizo uno una prueba. Cogió la primera palabra que aparece en las páginas 100, 200, 300,… hasta la 1000 del Diccionario de la Llingua, e hizo lo propio con el diccionario de la RAE. ¿Dónde hay términos más extraños? Aquí está el resultado, que puede servir de test al lector que llegue hasta aquí. Asturiano: arpexar, caballu, chova, dardu, ensin, faragayu, humedancia, mediana, paraxismada, puxarra. Castellano: alguanto, arrobadera, bobo, capirucho, coeternidad, cronografía, descarriladura, emanatismo, esponjado, frutícola. Quedando el test casi en tablas, el debate interior continúa abierto, y las espadas quedan en alto.
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