Algunos días dedica uno especial atención a La Nueva España. Hoy, sin embargo, la dedicó a El Comercio. Curiosamente no coinciden en los asuntos ‘asturianos’ a los que prestaron especial atención uno y otro, pero no le da uno a ello mayor importancia, porque a buen seguro que a lo largo de la semana la dirección del periódico competidor encarga a algún redactor: oye, mira eso que puso La Nueva (o El Comercio). De esa forma, un lector que leyera un solo periódico regional, al final del mes estaría perfectamente informado de los asuntos más relevantes, porque, salvo excepciones, no observa uno en uno u otro periódico una especial aversión o afán de ocultación de algún asunto (excepción de la inquina acérrima que Cascos y La Nueva España se profesaron). Escepticismo informativo podría llamarse esta actitud. No ocurre eso en la prensa nacional, que tantas veces desinforma más que informa por una tendenciosidad indisimulable.
Dicho esto, El Comercio ofrece noticias interesantes y trabajadas, con esquemas originales y clarificadores…si fueran correctos. Por ejemplo ofrece una información muy clara y completa sobre el conflicto de Oriente Medio (rescata uno la vieja terminología porque no sabe ya cómo llamarlo). Supone uno que es correcta. A este respecto, hace unos días escuchó uno a un veterano periodista al que preguntaban por la independencia informativa y contaba que no existía tal cosa, por ejemplo, desde el momento en el que las diferentes empresas informativas decidían mandar a un enviado especial a un punto o a un conflicto y no a otro. En este conflicto que estamos viviendo en directo, uno observa que los reporteros se encuentran muy próximos a los lugares bombardeados, y uno se pregunta si estamos ante un ejemplo de lo que ese veterano periodista indicaba.
También presenta El Comercio una información interesante sobre los accesos a El Musel, pero ¡vaya por Dios! el esquema no es correcto. Se exponen en paralelo el del periódico y el de Google Maps, donde uno aprovechó para indicar por donde pasa una de las cacareadas alternativas para eliminar la curva de Veriña y ganar unos minutos en el trayecto entre Oviedo y Gijón. Como trabajó uno cinco años en Veriña, conoce el percal.
La familia de uno de los operarios fallecidos en el alud del puerto de San Isidro en enero de 2021 pide siete años de cárcel para el jefe regional de Carreteras. Señalan que no quieren venganza. Bueno. Uno, que ni conoce al jefe regional de Carreteras ni a la familia de los fallecidos, no desea tal condena. Desde luego, si tal jefe cometió una imprudencia, que recaiga la sentencia que tenga que recaer, pero tendría un efecto disuasorio para los aspirantes a un puesto de esa responsabilidad, y ahí el término ‘responsabilidad’ está bien aquilatado.
Lee uno en gran titular que 26.000 adolescentes asturianos sufren problemas de salud mental. Acude uno a las estadísticas oficiales y resulta que para la OMS la adolescencia abarca de los 10 a los 19 años. Pues bien, en Asturias hay 84.337 adolescentes. Es decir, que casi un tercio sufriría problemas de salud mental. Acto seguido la noticia aclara que más de la mitad de las personas que consultan con los especialistas de la sanidad pública tienen “malestares emocionales ante cuestiones de la vida, no una enfermedad”. ¿En qué quedamos, esos que consultan tienen problemas de salud mental o no? ¿Está enfermo el que cree estar enfermo? Desde luego, el que cree tener un catarro y no lo tiene, no está enfermo (de catarro), ¿pero el que acude aun especialista de salud mental está enfermo, aunque el especialista no lo diagnostique como tal? No quiere uno frivolizar con este asunto, pero no estaría de más un poco de rigor.
Asturias se prepara para acoger a 24 inmigrantes menores que llegaron a Canarias. Dice la consejera que si se reformase la Ley de Extranjería se podrían recibir más. Uno cree que si quiere recibir más, ¿quién se lo quita? En este asunto, intentó uno documentarse sin éxito (tampoco empleó todo el día en ello) para saber cuántos inmigrantes tendría que asumir cada Comunidad Autónoma y cuántos asumió en realidad, y enlazar el color político de la Comunidad. Oleadas de inmigración hubo muchas. Durante años hubo gobiernos del Partido Popular y también llegaron inmigrantes. ¿Fueron más generosas entonces las comunidades gobernadas por el Partido Popular en sintonía con su gobierno? No tiene uno datos. Ni de quien fiarse.
Un informe del Instituto Asturiano de Prevención indica que la falta de organización del trabajo está presente en 6 de cada 10 accidentes laborales en Asturias. De todas formas en los accidentes hay concausas y no es siempre fácil determinar la causa principal. Tampoco el artículo le deja a uno las cosas claras. Se habló mucho de los accidentes el día o los dos días siguientes. Después pasaron al olvido ocultados por otras noticias y desgraciados accidentes. Queda todo en el limbo. ¿Por qué ocurrió lo de la grúa de El Musel? ¿Y el del tren de Figaredo? ¿Tenía que haber piloto o la empresa de trabajos eléctricos realizó operaciones fuera del horario concertado? En el aire la respuesta. En el aire estaba el accidentado, y no es broma.
En La Nueva España entrevistan al famoso Tito, de la cantina de Avilés. Esto dice: “1972 marca un hito en la historia de la Cantina de Renfe en Avilés; es el año en que se inauguró el actual edificio. Que por cierto, todo se sustanció en un acuerdo de palabra con Renfe para la venta del terreno y casi se va al traste el operativo porque, ya con las obras en marcha, vino por aquí un espabilao y dijo que no daba la distancia mínima al eje de las vías. Menudo atragantón”. La reescritura de la historia. ¿Cómo sería aquello?
Dice José Luis Pardo en El Mundo, con bastantes argumentos, que John Lennon no era el bueno de los Beatles, ni Paul McCartney el malo. ¡Ah! Pero Lennon nos dejó ese canto precioso al pacifismo y da igual lo que opinen Pardo o cualquiera.
Todos los CEO (y sus secuaces) serían de colmillo retorcido, según El Roto. No hay CEO bueno.
Tiene uno cierta sensación de desasosiego por opinar (y lo que es peor, por votar llegado el caso) sin tener todos los datos amarrados.
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LECTURA DE LA PRENSA. MONARQUÍA QUE PATINA Y METE RUIDO
Se sigue con el culebrón de Bárbara Rey y el rey emérito cuando todavía no lo era. ¿Cuántas oportunidades merecen estos Borbones? La relación, actualizada en la Wikipedia, duró de 1976 a 1994. Además del dinero estatal para comprar el silencio, está la intervención protectora del CNI. Pasó mucho tiempo. Las culpas, si cupiera hablar de tal cosa, prescribieron. Ahora bien. Si esto se llega a saber en 1990 (por marcar cierta distancia con el 23-F) ¿sería motivo especial para cuestionar la monarquía? Sí, pero el tiempo quita importancia a cuestiones que la tienen. No merece la pena una monarquía con estas manchas.
La Policía Local ovetense puso 75 multas por mal uso del patinete en lo que va de año. Una multa cada cuatro días, poquísimas le parecen a uno, cuando tantos pasan de las luces o de los elementos reflectantes. Habla uno de elementos puramente objetivos, sin entrar en incumplimientos más difíciles de probar.
Los vecinos de la plaza Juanín de Mieres de Oviedo, colindante con la calle Anabel Santiago se quejan del ruido. ¿Qué esperaban viviendo en calles tan musicales? Bromas aparte, uno cree que hay demasiada tolerancia con el ruido.
La baja de una funcionaria en el Ayuntamiento de Avilés bloquea cinco meses el pago a nuevos proveedores. Si esto ocurre en un ayuntamiento más que mediano, ¿cómo se arreglarán los más pequeños? A uno no le extraña. Programas que solo uno sabe utilizar, contraseñas personales que no se difunden (lógico),…
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LECTURA DE LA PRENSA. LAS SEIS DE LA SUIZA. MISERIA MORAL.
Aprovecha uno la viñeta de hoy de Neto en El Comercio. Bulos hay muchos y de quienes menos se espera.
Propone uno una tarea imposible y supone que ni uno solo de los posibles lectores tendrá la paciencia y el tiempo de realizar el ejercicio (estomagante) que se propone.
Primero. Por aquello de poner la venda antes de la herida (o por contextualizar si se prefiere otro matiz), miró uno de qué tendencia política eran los cinco magistrados de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo que firmaron, por unanimidad, sin votos particulares, una sentencia de veintiséis páginas a la que uno aludió hace unos días. El ponente es de tendencia conservadora. Otro pertenece a una asociación judicial centrista. Otra está adscrita a la asociación progresista. De otros dos no encontró uno nada, por más que miró.
Segundo. Un amigo de juventud, psicólogo, tiene la buena costumbre de colgar todos los meses un vídeo de unos quince minutos sobre alguna cuestión de su área profesional. Hace unos meses colgó uno sobre las despedidas, no de soltero, claro, sino sobre esos desgarros que se producen a la hora de desprenderse de personas queridas (porque murieron), de círculos de amigos que se van aflojando, de actividades que se van abandonando, de amistades que se alejan. https://www.youtube.com/watch?v=Yj3HntvhQEY&t=57s Uno quiere pensar: y de ideas a las que uno se aferró durante años o durante períodos significativos de una vida. Es doloroso cambiar de idea, dejar de creer en Dios, o pasar a creer el que fue agnóstico buena parte de su vida; abandonar unos estudios iniciados con ilusión; desistir de unas oposiciones que se resisten año tras año; decidir que este hombre o esta mujer no son la pareja eterna de nuestras vidas después de veinte años de convivencia; ingresar a un padre en una residencia de ancianos si siempre se sostuvo lo contrario; abandonar el ideario socialista (o el conservador) a la mitad de la vida. ¿Qué determina más esos cambios, un análisis racional o un suceso emocional? Para Pablo de Tarso fue la caída de un caballo, para Úrsula von der Leyen fue que un lobo se comiera su caballito. Los psicólogos dirán que la respuesta la aporta la inteligencia emocional.
Más prosaicamente y al grano, ¿Cuántos manifestantes, cuantos que cuelgan en sus perfiles eslóganes alusivos al caso leyeron la sentencia? Aquí está: https://www.poderjudicial.es/.../5b5f7888578da36.../20240701
Uno, para aligerar la apabullante tarea, propone un atajo. Es suficiente con leer la página 2. Si se quiere se puede llegar a la página 3 (que reitera hechos de la página 2 en otras fechas), o a la página 4 (que reitera hechos de las páginas anteriores en otras fechas), o a la página 5 (que reitera hechos de las páginas anteriores en otras fechas), o a la página 6 (que reitera hechos de las páginas anteriores en otras fechas) o a la página 7 (que reitera hechos de las páginas anteriores en otras fechas). Es decir, con leer las páginas 2 y 3 es suficiente porque las páginas siguientes reproducen hechos similares trascurridos en otras fechas, pero idénticos a los descritos en los párrafos precedentes.
Entre la página 7 y la 16 se pueden leer una serie de razonamientos jurídicos claros y entendibles por cualquier profano. A partir de la página 16 se entra en cuestiones de procedimiento de cierta complejidad, prescindibles para un profano y para lo que aquí se pretende indicar.
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