Llevas una temporada escribiendo en tu muro de Facebook alguna sugerencia que te despierta la lectura de la prensa. Muchos, en realidad, deberían estar aquí. Como no todo el mundo sigue Facebook, cuelgas algún comentario suelto aquí con el estilo adoptado (o impostado) para Facebook.
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1 de febrero.
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Lee uno un editorial de LNE sobre las vacunas, pero
podría ser sobre cualquier materia y queda uno con la impresión de que nada de
lo que toca un político funciona. Parece como si a una parte de la raya se
situaran técnicos, empresarios, trabajadores y ciudadanos extraordinarios,
cumplidores, honrados, y al otro lado de la frontera estuvieran los políticos
enredando, llevándose la contraria, pugnando por sus sillones. Uno se niega a
admitirlo. Uno cree que a esa sensación ayudan la proliferación de medios
informativos tan diversos, tan contrarios, tan tergiversadores, tan parciales,
pero la sobreinformación es difícil de evitar porque uno quiere estar
informado. Para ello está bien que se base en el medio que considere más
creíble, pero que no crea a pies juntillas todo lo que dice. Este no creer le
lleva a uno a comparar; en la comparación se echa un tiempo, se oyen los ruidos
de la selva. Los medios incitan a los políticos a la confrontación y los medios
recogen lo que declararon los políticos, en una retroalimentación sin fin y sin
solución. Lo explica muy bien Manuel Vicent en su columna de El País: "El
enorme caudal de palabras que desde la mañana a la noche vierten los políticos,
los jerarcas eclesiásticos, los líderes de opinión y cualquier pelanas de
lengua larga con un micrófono en la mano, constituye una selva oscura e
intrincada en la que uno debe abrirse paso a machete a lo largo del día para no
perecer asfixiado. Lo llamamos información, pero nunca como hoy este derecho
inalienable ha causado en los ciudadanos tanta angustia y confusión".
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Vuelve la policía (local) de proximidad a Oviedo
aprovechando la incorporación de 35 funcionarios. La policía de proximidad es
como el Guadiana, que aparece y desaparece. Ahora toca aparición, pero no
tardarán en esfumarse por oficinas y despachos, comidos por la incontenible
burocracia, por las recomendaciones médicas que aconsejan acoplar a alguno en
puestos aliviados, jornadas reducidas que harán imposible el trabajo de
calle,... No tiene uno gran fe en su continuidad. Está bien iniciar un servicio
con ilusión, pero sería uno un iluso si creyera que se puede llevar a la
práctica lo indicado por el concejal del ramo: “Los vecinos requieren policías
a quienes conozcan y que les conozcan, agentes más cercanos, sensibles a sus
opiniones y a sus preocupaciones". Sería útil esta función si fuera
cierta: "Control de actividades sujetas a reglamentación sectorial
específica: Licencias de actividad,...". Uno se pasma cuando a veces lee en
la prensa que tal o cual establecimiento donde ocurrió algo noticioso carecía
de licencia de actividad, con lo fácil que es que un funcionario peine una zona
llevando nota de todas las licencias precisas para una determinada actividad, y
picar en las puertas. También le hace gracia esta otra encomienda:
"Actividad de mediación y resolución amistosa de los conflictos en los que
sea requerida su presencia". Flatum vocis.
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Miguel Ángel de la Fuente, presidente del Colegio de
Economistas, indica que Asturias tiene que andar lista a la hora de presentar
proyectos a Europa, ya que no es la primera vez que desaprovechamos una
oportunidad clara. Uno tuvo varios Gerentes a lo largo de su vida, unos eran
más participativos, otros eran más personalistas, unos tenían más carisma,
otros menos. Alguno de los no carismáticos insistía al miembro del equipo encargado
de los proyectos, que había que sacarlos adelante, porque en caso contrario
Madrid no nos daba el dinero, y era igual que clamáramos por la necesidad de la
mejora tal o cual. Sin proyectos no hay ninguna mejora. Consiguió cosas picando
en los despachos, pero había que tener preparados los proyectos. Eso sin
carisma.
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En el ABC se
preguntan por las comisiones de investigación: ¿verdad o circo? Recuerdan
cinco: Vera y el caso Roldán; el 11-M; el accidente del Alvia; el caso Gurtel;
la crisis de 2008. Excepto esta (y no está uno seguro del todo) todas las demás
sufrieron las interferencias de una investigación judicial. Están bien en
teoría, pero sirven de poco, si acaso son ocasión de conseguir algún titular o
algún minuto de radio o televisión, porque en cuanto se inicia la investigación
judicial (y casi siempre se inicia) decae la investigación parlamentaria por
aquello del secreto de sumario
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