2010/02/19

RAÚL EL DE NAVEO, A CONTRACORRIENTE


En el cementerio de Cabezón quedó enterrado Raúl el de Naveo, antiguo enterrador, contradictorio y apreciado, filósofo de juicios breves.

Raúl vivió bastantes de sus cincuenta y cinco años a contracorriente.

Trabajó en muchos sitios, cogió mojaduras de muchas clases y todo le sirvió para asegurarse una pensión.

Se ofició funeral religioso contra todo pronóstico.

Muchos vecinos del pueblo y de otros pueblos escotaron para un ramo de flores contra su voluntad presunta, un pueblo, como tantos, tan dividido por linderos, derechos de paso y agravios reales o imaginarios, y unido ante su muerte.

No necesitó carnet de conducir para conocer y ser conocido en los valles del Pajares y del Huerna. Más tarde, ya con el minicoche sin carnet, no se le puso nada por delante y llegó a todos los recovecos del concejo.

Sin que se le conociera afición a la lectura, era fuente imprescindible para cualquiera que quisiera escribir o contar algo sobre la vida y la pequeña historia de los pueblos.

Atravesabas Naveo y girabas la cabeza al pasar delante de su casa. O había luz o, si el clima lo permitía, tenía la puerta abierta y casi siempre había alguien haciéndole compañía.

A contracorriente fue que una mujer llevara la caja desde la iglesia hasta el cementerio.

4 comentarios:

  1. Esta bien, eso de ir contracorriente siempre esta bien.

    ResponderEliminar
  2. grande Tiu, Tiu de mucha gente, no solo de sus sobrinos.

    ResponderEliminar
  3. A contracorriente fue que una mujer llevara la caja desde la iglesia hasta el cementerio. Y salio con la cabeza por delante en vez de los pies xD

    ResponderEliminar