2012/12/31

PREGUNTAR POR LA NOCHEBUENA

Quizá un seguidor de Sigmund Freud pueda encontrar una respuesta a tu caso, pero lo cierto es que una de las cosas que más te incomodan en estas fechas es cuando alguien pregunta (no directamente a ti, sino en conversación de grupo) dónde se va a pasar la Nochebuena o, con menor incomodidad, la Nochevieja.

Crees que en bastantes ocasiones se trata de una decisión difícil, con su ración de polémicas, reproches, tensiones familiares, buscando imposibles equilibrios donde, previa llevanza de una contabilidad histórica, hay que conjugar parentescos, distancias y logísticas varias.

No estás pensando en los casos de separaciones o divorcios. Al fin y al cabo, en estos casos la respuesta está, no en el viento, que diría Bob Dylan, sino en las detalladas sentencias judiciales que precisan quién y con quien pasan las Navidades los menores, decisión que necesariamente arrastra a mayores, tíos, abuelos y a los famosos cuñados. En estos casos como está casi todo decidido, el margen de discusión es menor. Curiosamente.

Piensas en esos casos en los que un matrimonio o pareja con padres vivos, que unos están en una residencia, otros en casa; unos hermanos cerca, otros lejos, unos con nueva pareja, otros a punto de cambiar, unos con casa o disponibilidad grande, otros con casa o disponibilidad pequeña. Te acuerdas de las familias numerosas con ramificaciones por parte y parte, donde es imposible que todos queden plenamente satisfechos. Habrá quien salga triunfante y quien derrame una secreta y furtiva lágrima. En fin, un aspecto muy complicado.

Si algún atento lector prueba fehacientemente que alguna vez sonsacas o preguntas a alguien dónde va a pasar o dónde pasó la Nochebuena o la Nochevieja, está autorizado a dar publicidad conveniente de tu fisgoneo para escarnio propio. Prometes que el comentario no será censurado.

Además de esa sanción de honor, tú mismo te flagelarás con otra pena gastronómica, consistente por ejemplo en la supresión durante seis meses de la sabatina botella de sidra y el correspondiente pincho de picadillo.

***

¡Feliz año!

3 comentarios:

GPA dijo...

Pasos a seguir:

1º. Examen de Conciencia.
2º. Contrición o arrepentimiento
3º. Propósito de enmienda.
4º. Decir los pecados al Confesor. 5º. Cumplir la penitencia.

Muy arrepentido deberías estar para cumplir semejante penitencia.

Anónimo dijo...

¿Con quien pasate la Nochevieja?

Anónimo dijo...

Lo que no puedo soportar,son los tipos, que dejan de cenar año tras año, en Nochebuena claro, con sus padres,para satisfacer a la arpía de su mujer,y siempre cenan con sus suegros.Se dan por cientos.Estos eunucos, van siempre por la vida, a golpe de cornetín y nunca son pagados ni agradecidos.Se merecen todo lo que les pasa
Firmado.Comando de padres abandonados en Navidades,por hijos mariquitiados.